Rebeca Gavín, es mamá de Samuel (12) y Andrés (11), y esposa José David. Hace séis años que se lió la manta a l a cabeza y decidió educar en casa a sus hijos. Es enfermera, elabora cosmética natural y jabón casero en ratos que le roba al día y a modo de terapia personal.Le encantan los animales y siempre intenta estar rodeada de ellos( no en vano, se crió en África).
La pregunta del millón:¿Puedo hacerlo?
Esta es la
pregunta que se hace cada padre o madre que se plantea la posibilidad de educar
en casa a sus hijos. Encontrar la respuesta a esta pregunta es la clave para
que nos lancemos a la aventura de convertir nuestro hogar en una escuela a
tiempo completo ... o no. Yo me la hice. Y en mi caso, sentí claramente a Dios
indicándome que adelante, que me lanzara y que Él nos sostendría a todos los
niveles.
Puedo dar testimonio de que así ha sido a lo
largo de estos seis años de homeschool. Aunque, siendo sincera, he de confesar
que muchas veces me he vuelto a preguntar si realmente podía hacerlo; si lo
estaba haciendo bien; si conseguiría llegar al final del año sin tirar la
toalla; si no se me acabaría la paciencia; si no estaría cerrándoles puertas en
el futuro a mis hijos; si merecía la pena el riesgo de ir al margen del
sistema…
Pues sí,
son dudas muy lícitas que nos permiten evaluarnos, concretar los problemas que
estamos percibiendo para poder resolver las crisis de nuestro hogar-escuela.
Cada vez que ese “¿puedo hacerlo?” asomaba la patita por la
puerta , el Señor me ha dicho: “tú puedes porque no estás sola”. El Señor ha utilizado varias maneras de
hacérmelo entender.
La primera
de ellas ha sido encontrarme con otras familias HS. Esto me ha permitido
aprender de otras experiencias. Comprobar que otros pueden educar en casa con
éxito, seguir los consejos de quienes han pasado por situaciones parecidas, incorporar nuevas
ideas o métodos...Así me he sentido animada a continuar. De repente se hace la
luz y ves lo que tienes que hacer. Si otros consiguen hacerlo, ¿por qué no lo voy
a poder lograr yo?
La segunda
manera, han sido encuentros casuales con personas que te dicen las
cualidades especiales que encuentran en tus hijos. Esos detalles que tú no
percibes, porque estás con ellos tooodo el tiempo y te parecen normales, pero
que en realidad los hacen diferentes. Esos encuentros te revelan que, después
de todo, no lo debes estar haciendo tan mal, así que para adelante porque el
esfuerzo merece la pena.
La tercera
forma en la que me siento acompañada es por los testimonios escritos por Ellen White. Sus consejos y directrices están a la vanguardia de
cualquier pedagogía o sistema educativo. Cuando me he sentido perdida, sus
escritos son los que me han rescatado.
Han marcado el rumbo con claridad cuando, a veces, los textos de autores
más modernos no conseguían resolver mis dudas. No estoy sola, puedo conseguirlo
porque Dios ha dejado la hoja de ruta para mi hogar-escuela en los escritos de
la Sra. White.
La cuarta
forma en la que me siento acompañada es por la promesa que encuentro en
Lucas 11: 9-10
“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá,
porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se
le abrirá.”
Tradicionalmente hemos interpretado este texto como que si
pido con fe, y está de acuerdo con la voluntad de Dios, Él me lo
concederá. Pero si avanzamos hasta el
versículo 13, al final, nos dice:
“¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
El texto no nos habla de pedir cosas que creamos buenas.
Habla de pedir la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Y esa es una
oración que Dios responde sí o sí. Me encanta esta promesa porque si la
presencia del Espíritu está en mí, en mi hogar-escuela, tengo al mejor de los
maestros a mi lado para acompañarme en la tarea de educar a mis hijos. Es
realmente reconfortante no sentirme sola.
Quiero
invitarte a que puedas cada día pedir a Dios que su espíritu esté en tu hogar
para que luchéis juntos las batallas de ese día..porque con Dios a nuestro
lado claro que podemos, no estamos solos.
YES, WE CAN
YES, WE CAN