Mi hijo leyendo una revista de historia durante un viaje en tren |
Como toda madre que se lanza a un abismo desde donde no se ve el suelo, la incertidumbre siempre ha estado cerca, mirándome de reojo...con esa mirada furtiva y desconcertante que a menudo descoloca... Ya me entendéis... ¿estará aprendiendo suficiente? ¿qué futuro le espera? ¿ habré hecho lo correcto?
El caso es que pasaban los cursos y él cada vez era más independiente; yo iba haciendo menos y él iba adquiriendo mayor autonomía... A veces esa autonomía nos asusta porque no podemos evaluar muy bien su nivel, no controlamos todo y eso a las madres, seamos sinceras, no nos gusta. Aunque en realidad, debería ser uno de los objetivos más importantes cuando decidimos educar a nuestros hijos en casa: que aprendan a buscar sus recursos, a valerse por si mismos, a desarrollar una mente crítica e independiente , que se desarrollen como personas maduras y capaces de tomar sus propias decisiones ... y además que sean personas buenas e integras (¡qué falta hace esto!, sniff...)
Pues así es como pasó con mi hijo.
Acabó sus estudios en Clonlaa School y obtuvo su diploma de High School.
Observando aves, una de sus pasiones |
He aquí la gran incógnita de muchos padres que matriculan a sus hijos escuelas extranjeras a distancia, con la esperanza de que el gobierno valide el título.
Pero, el asunto es así: a veces se homologa, y
otras no. Y hay que estar preparado para la segunda opción...porque desgraciadamente es la más frecuente en estos últimos tiempos.
Y entonces, cerrada esta posibilidad ¿hay alguna otra puerta? Claro que la hay, y puedo afirmarlo desde la experiencia.
Una opción son los grados superiores de formación profesional, a los que se puede acceder por examen y sin requisitos académicos. Además, después del grado (que son dos años) puede cursar una carrera universitaria, dentro de la misma rama de estudios.El problema es que a mi hijo no le gustaba nada de lo que había.
Uno de sus dibujos |
Pasó un año y como último recurso decidió ( a medias) estudiar un grado superior de informática. Pero no lo veía nada entusiamado. Yo pasaba las madrugadas pidiéndole a Dios una salida...algo que lo motivara. Un dia navegando por internet me encontré con los Estudios de Arte y Diseño...estaban los grados, de dos años (equivalente a los grados superiores de formación profesional) y los Estudios Superioires, de cuatro (equivalente a estudios universitarios) y entoces me dije.....
¡¡¡LO TENGO!!! A Elías siempre se le ha dado muy bien el dibujo, y pensé que esto podría gustarle.
Recuerdo ese día y ese momento en que me dijo... "eso no está mal".... (yupiiii pensé yo, y casi salto,aunque me contuve). Tras valorar y comparar las opciones se decidió por Estudios Superioires de Diseño Gráfico.Vimos que podía entrar sin requisitos, pasando dos exámenes, uno de conocimento general y una prueba específica de diseño. Y empezó la cuenta atrás... tenía poco tiempo para preparar las pruebas. Y llegó el momento.
Del primer examen salió contento... " me lo he pasado bien y todo", me confesó a la salida.
Pues sí, después de 10 años sin hacer ni un sólo examen, para él había sido como coser y cantar.
Uno de esos miedos que a veces tenemos los padres, estaba superado.Volver al sistema no suponía un problema. Aprobó la prueba, claro está.
Un mes y medio después se presentó al examen específico, que constaba de una parte teórica y dos de dibujo.
Sólo había 32 plazas y se presentaron muchísimos. Mi hijo entró en lista. Uff...¡ qué respiro!
Lleva ya tres semanas asitiendo a clase, y lo veo animado, llevando sus trabajos al día, y parece contento. Está haciendo algo que le interesa y con lo que puede tener un futuro profesional. Y nada impide, por otro lado, que pueda hacer Historia más adelante, con título o sin título, ya que cuando acabe Diseño ya puede acceder por prueba para mayores de 25 años, y sacárselo sin prisas mientras hace sus pinitos de diseñador gráfico y va consiguiendo ingresos.
NO, nunca me arrepentí de sacarlo de la escuela, ni siquiera por el hecho de que no le hayan homologado el título. Ir a la universidad no lo es todo en esta vida, aunque aún no está descartado, pero hay otras vías, y puede que mejores...
Con Sergi, mi hijo menor, todo es distinto, porque él es distinto. Pero no tengo miedo, sé que Dios proveerá pase lo que pase y con su doce años lo veo desarrollándose con normalidad en todos los ámbitos. Y sobre todo es un niño muy feliz.
Te invito a dejar lo miedos y disfrutar con tus hijos, a dejar que se suelten y elijan sus caminos, tú vas a disfrutar también del proceso; y si la incertidumbre te mira desafiante desde un rincón, sácale la lengua y dile que no te asusta. ¿Y el futuro? Dios dirá. Basta a cada día su propio afán.