miércoles, 15 de marzo de 2017

EL EJERCICIO FÍSICO CUANDO SE EDUCA EN CASA



Cuando educamos en casa nos preocupamos de que nuestros hijos adquieran los conocimientos necesarios para su futuro. Aprenden idiomas, matemáticas, ciencias, geografía, historia, a cocinar, coser, limpiar, organizar...Intentamos ofrecerles experiencias variadas para enriquecerlos. Procuramos potenciar sus intereses o sus talentos naturales. Y, por supuesto, nos preocupamos por su salud.
Intentamos que aprendan a comer sano, la importancia del descanso y del ejercicio físico.

Me gustaría centrarme en cómo potenciar el hábito de hacer ejercicio en nuestros hogares-escuela. Lo hago, en primer lugar como una reflexión para mí.  Hace unas semanas llevé a mi hijo mayor al rehabilitador.  Llevaba un tiempo quejándose  de dolores recurrentes de cervicales, lumbares y de cabeza.  Estaba preocupada porque a pesar de ir a piscina cada semana no desaparecían las molestias. 

El médico fue claro: necesitaba hacer más ejercicio

Al final, tanto mirar por otras cosas y resulta que se me estaba escapando algo elemental.

Es cierto que hay niños y niños. Algunos son muy activos, mientras que otros son más sedentarios. A los padres nos pasa lo mismo. De hecho, si un hijo es poco activo es porque se parece a alguien. Aunque le echemos la culpa a los abuelos, lo más probables es que sea calcado a su padre o madre, o sea, nosotros. Es fácil que si no tienes una tendencia muy grande a ser tú mismo un deportista, eso del ejercicio quede relegado, ahogado por la multitud de tareas a realizar cada día.

Preparados para una ruta en bici
En la mayoría de los casos son las mamás las que asumen el grueso del peso del homeschooling, más el de la casa. Si trabajamos aún nos cargamos más. Y si añadimos que le dedicamos tiempo a nuestras iglesias o a alguna ONG, resulta que llevamos una agenda la mar de apretadita.
Por todo ello os animo a que programéis hacer ejercicio regular en vuestro organigrama de la semana, tanto para vosotras como para los niños. Deberíamos plantearnos tener como mínimo tres sesiones semanales de 30-60 minutos.
Las tenemos que programar igual que hacemos con el resto de las actividades. Según las edades de los niños se las podemos ofrecer de una forma u otra, adaptándonos a su situación.
Y desde luego, si los papás se involucran en este área, es una ayuda más que bienvenida. Lo que es cierto es que los adultos son los grandes motivadores para lograr que los niños tengan una visión equilibrada y sana del deporte.

Me gustaría recordar con vosotros algunas maneras de favorecer el ejercicio físico.

Lo primero en lo que pensamos es en apuntarlos a un deporte. Es una opción fácil y buena. Llevamos al niño y se lo pasa de cine practicando un deporte que le gusta. Nosotros le apoyamos, le llevamos y traemos y todos felices. Aunque a veces nuestro bolsillo no es tan feliz, porque esta opción nos cuesta dinero. Y cuando tienes varios hijos, todos tienen que poder practicar algún deporte, así que hay que prever una partida de nuestro presupuesto anual para esto.
Es cierto que a veces nuestras finanzas no nos permiten esta opción, así que tenemos que pensar en otras posibilidades.

El juego libre con otros niños es garantía de ejercicio, siempre y cuando escondamos los tablets, móviles y ordenadores. Cuando se convencen de que no tienen posibilidades de enchufarse a algo, se acuerdan de que son niños. Y recuerdan cómo correr tras un balón, hacer carreras, jugar al escondite. Se acuerdan de las cosas con ruedas tipo patines o bicicletas. Vamos, que no paran y encima se lo pasan genial.
Puede pasar que no siempre encontremos otros niños para jugar. O bien porque vivamos aislados o porque los otros niños llevan horarios tan saturados que no tienen tiempo para jugar tranquilamente. Y claro, de un rato los domingos no podemos vivir toda la semana… Así que de nuevo, esta opción puede que no te sirva para mantener la regularidad necesaria.

Si no hay otros niños disponibles, tenemos que ofrecernos nosotros para acompañarles y que puedan salir a caminar, correr, ir en bici, patinar, sacar al perro… Lo malo es que a veces les puede ganar la vagancia y que tengamos que estirar bastante de ellos, en especial en la preadolescencia y la adolescencia, cuando los padres, aunque seamos unos maravillosos y superfragilísticos expertos educadores homeschoolers, no tenemos el atractivo de sus pares. No os desaniméis, lo podemos lograr, especialmente si nos ven a nosotros hacer ejercicio y disfrutar de sus ventajas. Así que, aunque a tus preciosos 40 estés frito con las agujetas, no se te ocurra quejarte. Todo lo que digas puede ser usado en tu contra. Para tu información, si no lo sabías, los adolescentes homeschoolers siguen siendo adolescentes.

Otra forma de incluir actividad física es programar excursiones y salidas. Llevarnos a los chicos al campo, a hacer senderismo, a escalar, a la playa. Es una manera de romper la rutina, estar juntos y mover el esqueleto.

Como no podemos estar haciendo excursiones todos los días, y en especial para los que tenéis hijos un poco más mayores, otra manera de incluir la actividad física es usando tutoriales de youtube. Hay tantas opciones que seguro que podéis encontrar una que se adapte a vuestros gustos.
En mi caso tenemos varios de cardiofitnnes, crossfit y cardiodance. Pero encontrarás desde tai-chi hasta zumba. De lo que se te ocurra, seguro que ya hay alguien que ha colgado algo sobre eso.

De igual manera, también encontraréis aplicaciones, para descargar en móviles o tablets, para guiaros en los ejercicios o ayudaros como entrenadores personales. Pueden ser compartidas con amigos y así se incluye el pique de ver los progresos de los demás.


Por último, para los que tenéis terreno, el cultivar la tierra es un ejercicio estupendo, que tiene el aliciente de permitirnos conectar con la tierra, con lo que es real, con lo que crece. Y también tiene la recompensa de que luego comemos algo rico y sano.



Al final, de lo que se trata es de que puedan aprender que el ejercicio físico es tan necesario como el dormir adecuadamente o el nutrirse de manera saludable. Intentamos enseñarles que en esta vida deben esforzarse por “lo bueno, lo mejor, lo óptimo”. Esto quiere decir, a no conformarse con las cosas como están hasta que lo bueno pueda ser mejor, y lo mejor óptimo. Deberíamos mostrarles cómo superarse a uno mismo, la importancia de ser persistentes. Porque sí , ser padres y madres  homeschoolers  también significa  convertirnos en entrenadores personales.




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