Cuando educamos en casa nos preocupamos de que nuestros hijos
adquieran los conocimientos necesarios para su futuro. Aprenden
idiomas, matemáticas, ciencias, geografía, historia, a cocinar,
coser, limpiar, organizar...Intentamos ofrecerles experiencias
variadas para enriquecerlos. Procuramos potenciar sus intereses o sus
talentos naturales. Y, por supuesto, nos preocupamos por su salud.
Intentamos que aprendan a comer sano, la importancia del descanso y del ejercicio físico.
Intentamos que aprendan a comer sano, la importancia del descanso y del ejercicio físico.
Me gustaría centrarme en cómo potenciar el hábito de hacer
ejercicio en nuestros hogares-escuela. Lo hago, en primer lugar como
una reflexión para mí. Hace unas semanas llevé a mi hijo mayor al
rehabilitador. Llevaba un tiempo quejándose de dolores recurrentes
de cervicales, lumbares y de cabeza. Estaba preocupada porque a pesar
de ir a piscina cada semana no desaparecían las molestias.
El médico
fue claro: necesitaba hacer más ejercicio
Al final, tanto mirar por otras cosas y resulta que se me estaba
escapando algo elemental.
Es cierto que hay niños y niños. Algunos son muy activos, mientras
que otros son más sedentarios. A los padres nos pasa lo mismo. De hecho, si un hijo es poco activo es porque se parece a alguien. Aunque le echemos la culpa a los abuelos, lo más probables es que sea calcado a su padre o madre, o sea, nosotros. Es
fácil que si no tienes una tendencia muy grande a ser tú mismo un
deportista, eso del ejercicio quede relegado, ahogado por la multitud
de tareas a realizar cada día.
Preparados para una ruta en bici |
Por
todo ello os animo a que programéis hacer ejercicio regular en
vuestro organigrama de la semana, tanto para vosotras como para los niños. Deberíamos
plantearnos tener como mínimo tres sesiones semanales de 30-60
minutos.
Las tenemos que programar igual que hacemos con el resto de las
actividades. Según las edades de los niños se las podemos ofrecer
de una forma u otra, adaptándonos a su situación.
Y desde luego, si los papás se involucran en este área, es una
ayuda más que bienvenida. Lo que es cierto es que los adultos son
los grandes motivadores para lograr que los niños tengan una visión
equilibrada y sana del deporte.
Me gustaría recordar con vosotros algunas maneras de favorecer el
ejercicio físico.
Lo
primero en lo que pensamos es en apuntarlos a un deporte. Es una
opción fácil y buena.
Llevamos al niño y se lo pasa de cine practicando un deporte que le
gusta. Nosotros le apoyamos, le llevamos y traemos y todos felices.
Aunque a veces nuestro bolsillo no es tan feliz, porque esta opción
nos cuesta dinero. Y cuando tienes varios hijos, todos tienen que
poder practicar algún deporte, así que hay que prever una partida
de nuestro presupuesto anual para esto.
Es cierto que a veces nuestras finanzas no nos permiten esta opción,
así que tenemos que pensar en otras posibilidades.
El juego libre con otros niños es garantía de ejercicio, siempre y
cuando escondamos los tablets, móviles y ordenadores. Cuando se
convencen de que no tienen posibilidades de enchufarse a algo, se
acuerdan de que son niños. Y recuerdan cómo correr tras un balón,
hacer carreras, jugar al escondite. Se acuerdan de las cosas con
ruedas tipo patines o bicicletas. Vamos, que no paran y encima se lo
pasan genial.
Puede pasar que no siempre encontremos otros niños para jugar. O
bien porque vivamos aislados o porque los otros niños llevan
horarios tan saturados que no tienen tiempo para jugar
tranquilamente. Y claro, de un rato los domingos no podemos vivir
toda la semana… Así que de nuevo, esta opción puede que no te
sirva para mantener la regularidad necesaria.
Si no hay otros niños disponibles, tenemos que ofrecernos nosotros
para acompañarles y que puedan salir a caminar, correr, ir en bici,
patinar, sacar al perro… Lo malo es que a veces les puede ganar la
vagancia y que tengamos que estirar bastante de ellos, en especial en
la preadolescencia y la adolescencia, cuando los padres, aunque
seamos unos maravillosos y superfragilísticos expertos educadores
homeschoolers, no tenemos el atractivo de sus pares. No os
desaniméis, lo podemos lograr, especialmente si nos ven a nosotros
hacer ejercicio y disfrutar de sus ventajas. Así que, aunque a tus
preciosos 40 estés frito con las agujetas, no se te ocurra quejarte.
Todo lo que digas puede ser usado en tu contra. Para tu información, si no lo sabías, los
adolescentes homeschoolers siguen siendo adolescentes.
Otra forma de incluir actividad física es programar excursiones y
salidas. Llevarnos a los chicos al campo, a hacer senderismo, a
escalar, a la playa. Es una manera de romper la rutina, estar juntos y
mover el esqueleto.
Como no podemos estar haciendo excursiones todos los días, y en
especial para los que tenéis hijos un poco más mayores, otra manera
de incluir la actividad física es usando tutoriales de youtube. Hay
tantas opciones que seguro que podéis encontrar una que se
adapte a vuestros gustos.
En mi caso tenemos varios de cardiofitnnes, crossfit y cardiodance.
Pero encontrarás desde tai-chi hasta zumba. De lo que se te ocurra,
seguro que ya hay alguien que ha colgado algo sobre eso.
De igual manera, también encontraréis aplicaciones, para descargar
en móviles o tablets, para guiaros en los ejercicios o ayudaros como
entrenadores personales. Pueden ser compartidas con amigos y así se
incluye el pique de ver los progresos de los demás.
Por último, para los que tenéis terreno, el cultivar la tierra es un ejercicio estupendo, que tiene el aliciente de permitirnos conectar con la tierra, con lo que es real, con lo que crece. Y también tiene la recompensa de que luego comemos algo rico y sano.
Al final, de lo que se trata es de que puedan aprender que el
ejercicio físico es tan necesario como el dormir adecuadamente o el
nutrirse de manera saludable. Intentamos enseñarles que en esta vida
deben esforzarse por “lo bueno, lo mejor, lo óptimo”. Esto
quiere decir, a no conformarse con las cosas como están hasta que lo
bueno pueda ser mejor, y lo mejor óptimo. Deberíamos mostrarles cómo superarse a uno mismo, la importancia de ser persistentes. Porque sí , ser padres y madres homeschoolers también significa convertirnos en entrenadores personales.
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