lunes, 24 de abril de 2017

La lección de las raíces

En alguna de nuestras charlas, Esther y yo hemos mencionado la importancia de extraer lecciones espirituales de la naturaleza y de lo que nos rodea. Esta genialidad no es algo inventado por nosotras. En realidad, el experto en entretejer verdades espirituales con la vida cotidiana, es Jesús. De ahí que aunque hayan pasado tantos años sigamos sacándole jugo a sus historias.
Como la primavera ha hecho despertar la naturaleza, es un buen momento para encontrar lecciones que podamos transmitir a nuestros hijos. Una de ellas está en las raíces de las plantas o árboles.

Como materiales para esta reflexión os sugiero una planta o árbol seco, diferentes tipos de raíces para que puedan observar las diferencias entre ellas, un plato de papas fritas o asadas, un bulbo o planta en agua que permita ver las raíces.... y todo lo que se os ocurra para ilustrar las diferentes funciones de las raíces. A los más pequeños es muy fácil que les guste, pero son  los mayores  quienes pueden empezar a captar implicaciones más profundas.

Hace cosa de un año y medio nos mudamos a nuestra actual casa. La propiedad tiene un muro tras la casa, con cipreses plantados justo delante de él. Cuando llegamos contamos como una treintena que estaban muertos. Había que sacarlos para poder plantar otros en su lugar. Como vivimos en un lugar seco, pensamos que se habían secado por la falta de riego. Al arrancarlos nos dimos cuenta de que además ¡no tenían raíces! En ese momento recordé Jeremías 17:7 y 8..." porque será como árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces..."


Esos cipreses me permitieron reflexionar sobre lo necesario que es estar cerca de una buena fuente de agua para permitir que una planta  extienda sus raíces. Nosotros necesitamos estar cerca del agua de vida espiritual, de Jesús, para que nuestras raíces se hagan profundas y no nos sequemos espiritualmente. Echar raíces en Cristo debería ser una prioridad para nosotros, y desde luego es algo que deseamos ver como una realidad en nuestros hijos, Tal vez sea éste unos de los motivos que nos llevaron a hacer homeschooling.

Al buscar una vida más plena con Cristo, las raíces nos ayudan a comprender cosas.

Las raíces no se ven : Normalmente las raíces no son visibles porque están enterradas. Así toman los nutrientes y el agua, invisibles a los demás. Con nosotros ocurre lo mismo. Nuestra búsqueda de Dios, nuestro tiempo de reflexión espiritual es algo íntimo, a solas, escondido en Dios. Sus resultados podrán ser apreciados con el tiempo, de la misma forma en la que podemos admirar la belleza de una planta sana.

Las raíces son para recibir ya que son el medio por el que la planta puede obtener los nutrientes y el agua que necesita para mantenerse viva, crecer y producir alimento para otros.
Cuando nos separamos para estar con Dios en estudio y oración: recibimos, extraemos, somos alimentados y crecemos. Nos aseguramos el crecimiento y la salud espiritual.

Las raíces son para almacenar :Hay plantas que en sus raíces almacenan alimento, reservas de nutrientes para cuando los necesitan.
Así también nuestra relación y confianza en Dios nos permiten guardar en nuestro interior sus promesas, que son el alimento, la esperanza, que nos sostiene  en los momentos difíciles.
Cada vez que nos acercamos a Dios, Él crea en nosotros una reserva de esperanza y fortaleza. Cuando nos veamos enfrentando problemas de la vida no estaremos agotados, no colapsaremos ni nos rendiremos. Tendremos reservas gracias a nuestras raíces.

Las raíces permiten dar fruto : Jeremías 17:8 nos habla de un árbol plantado cerca del agua , con raíces profundas buscando ese agua, lo que le permite dar fruto incluso en tiempo de sequía.
Al continuar nuestra relación con Dios, estamos más cerca del agua de vida. Cuando los demás pierdan la calma, estaremos confiados porque seguimos siendo alimentados por el Espíritu de Dios.  Es el Espíritu el que nos permite dar fruto: tener paz, bondad, paciencia, gozo, fe, mansedumbre,templanza y benignidad cuando a nuestro alrededor todo o todos se desmoronan.



Las raíces son para sostenerse . A medida que una planta crece, se hace cada vez más pesada. Sin una buena red de raíces no hay nada que la sostenga. Una planta sin buenas raíces necesita estar atada a una estaca, reforzada, hasta que llega un viento más fuerte que la estaca y la planta se cae.
Pero con raíces firmes no hay tormenta que nos derrumbe a pesar de las presiones de la vida.

Otra característica de unas buenas raíces es que, no solo sostiene a la planta, sino que también fija el suelo. Impide que las lluvias arrastren la capa fértil de la tierra. Unas plantas facilitan y permiten el crecimiento de otras. Entre todas sostienen todo un ecosistema.
Nuestras raíces en Dios también ayudan a desarrollarse a otras personas. Tal vez, sin que seamos conscientes, estamos siendo una influencia positiva en nuestro entorno. Podemos ayudar a crear un "ecosistema social " saludable mostrando el tipo de relaciones y reacciones que Dios genera en nosotros.

Mi deseo es que mi relación con Dios sea el estímulo, el ejemplo, para que mis hijos desarrollen a su vez el hábito de acercarse a Dios. Deben comprender que el tiempo a solas con Dios ha de ser planificado y defendido a capa y espada frente a las prisas del día.
 Podemos ayudarles a crear rutinas de estudio espiritual planificando en su horario el momento de la mañana para la meditación personal, con materiales adaptados a su edad. Sé que algunas de vosotras usáis cajitas de oración, biblias para colorearlas y decorarlas, memorización de textos bíblicos... son grandes ideas que poco a poco darán fruto. Dejar de limitarse al  culto familiar  para  desarrollar el hábito del culto personal puede  llegar a ser un reto en la adolescencia, por eso, cuanto antes estimulemos ese hábito de un tiempo personal a solas con Dios, mejor.


 Mi oración más anhelante es que Dios me ayude a plantar a mis hijos cerca de Él, y que sigan echando raíces por sí mismos mientras aman cada vez más a Jesús.

Si os ha gustado, os animo a que busquéis el libro de Elizabeth George "Una mujer conforme al corazón de Dios". Gracias Eve por tu regalito de cumple. Espero que salgan muchas más ideas de él.


miércoles, 19 de abril de 2017

El Cruce del Mar Rojo o un salto al vacío

Al releer el Éxodo con mi hijo, y  repasar de nuevo el capítulo del Cruce del Mar Rojo, me ha llamado especialmente la atención la actitud de Dios con el pueblo.  

Imagináos la escena:
Las huestes egipcias con un gran despliegue de carros y caballos, y con todo su ejército y toda su furia  contra los israelitas, llegan hasta el lugar donde estos están acampados, junto al mar. Dios los ha conducido por mano de Moisés hasta un lugar aparentemente sin salida, detrás de ellos el camino de donde han venido, que sólo los devolvería a sus enemigos, a otro  lado las montañas inaccesibles y delante de ellos... sólo agua.
El pueblo ve con horror  el polvo de los carros de combate egipcio en la lejanía, que avanzan hacia ellos. Y entonces llega el pánico. Pero Dios le dice a Moisés: "di a los hijos de israel que marchen...".
¿Marchar? ¿Hacia dónde?...No way...¿no ves que no hay forma humana de salir de aquí? Tú lo has dicho.... no hay forma humana, pero Dios es el Dios de los imposibles y él siempre tiene una forma que escapa a nuestra imaginacióny a nuestro medios. Y todos sabéis cómo continúa la historia: Dios divide las aguas del mar Rojo y los israelitas cruzan en seco a el otro lado, sanos y salvos, mientras que los egipcios perecen en sus aguas. ¿Por qué Dios nos hace tomar a veces el camino más difícil? ¿Por qué Dios nos pone en ocasiones contra la espada y la pared y nos dice: "avanza, no temas"?

¿Por qué no resuelve las cosas tal y como lo haríamos nosotros o como le hemos pedido? ¿Por qué nos hace tomar caminos extraños y desconocidos, incluso absurdos ... para decirnos: "No temas, avanza."?
¿Te has sentido alguna vez impelido a saltar al vacío? Seguro que si eres madre que educa en casa, la respuesta será afirmativa. Delante de ti el Mar Rojo de las dudas, las inseguridades, la falta de certeza de si  tu hijo tendrá acceso a lo que quiera estudiar, a que homologuen su título extranjero, a que  no les queden lagunas en sus conocimentos, a llegar a fin de mes con un sueldo menos, a que no des la talla .... a que.., a que..... Detrás de ti, lo que ya conoces..y sabes que no funciona, al otro lado, la incomprensión, el estrés, las barreras sociales, ... Pero Dios te pide:  "Marcha, avanza. No temas,"

Yo sé lo que es tener el mar  de la incertidumbre delante de mí,  lo he cruzado  en varias ocasiones... pero hasta que no metes los pies, Dios no actúa...Pero créeme, cuando das el salto de fe y haces lo que te pide, aunque parezca descabellado, él obra, separa las aguas y te hace pasar en seco, a salvo... y te sientes en paz, segura de haber hecho lo correcto.
Recuerdo cuando desescolaricé a mi hijo mayor, era como saltar a un abismo profundo, de vértigo, sin saber a dónde te llevaría, pero sentía que debía hacerlo. Fue respuesta a un periodo de oración  y reflexión en familia, y Dios nos pidió saltar al vacío, meter los pies en el agua, sin miedo. No ha sido la única vez que me he sentido así, pero  Dios siempre ha abierto las aguas.

Dios no siempre nos da respuestas fáciles, ni nos empuja a seguir el camino más corto, ni el más cómodo. Así fue con los israelitas.. ¿Dios nos quiere complicarla vida? no, hay  un plan para todo ello, pues cuando los esfuerzos humanos son imposibles, cuando nuestros recursos e ideas no dan para más, entonces el poder y la gloria del Señor brillan con mayor esplendor.  Entonces no hay duda de quién nos guió y sustentó y  nuestro testimonio para su gloria es  más poderoso.
Hoy tal vez te encuentres en un callejón sin salida, ante una pared de piedra o un abismo de agua sediciosa. Dios te invita a confiar en sus promesas y a avanzar sin miedo por donde él te lleve.Deja el miedo, y salta en sus brazos.
Verás maravillas.

lunes, 3 de abril de 2017

CUIDANDO LA ESPALDA

Como comenté en mi entrada anterior, uno de mis hijos se quejaba bastante de dolor en varias zonas de la espalda.

Hacer más ejercicio fue una de las recomendaciones que nos hicieron. Sobre este aspecto giraba mi entrada anterior. Pero hay más cosas que podemos hacer para cuidar la espalda.

Lo primero que llamó mi atención fue que pasar más de tres horas en la misma postura, aunque ésta sea correcta, es perjudicial para nuestros huesos y músculos. Estamos diseñados para el movimiento. Tal vez sea este uno de los motivos por los que en las escuelas de los países escandinavos, tras cada clase de como máximo 40 ó 45 minutos, hay 15 minutos de recreo. O el motivo por el que en las escuelas de tendencia más vanguardista se permiten espacios modulares y variados donde cada niño

puede escoger la postura y el lugar para trabajar.

Lo bueno que tiene educar en casa es que nos es muy fácil incorporar estos elementos: espacios variados, flexibilidad para permitirles escoger cómo desean trabajar, descansos frecuentes y tiempos de trabajo más cortos.

Se comenta que el movimiento facilita el aprendizaje, especialmente en niños muy kinéticos o hiperactivos. Necesitan moverse casi sin parar, tener las manos ocupadas. Yo he tenido a mi hijo pequeño en patines, nada de sentado y sin parar de mover los pies mientras hacíamos algún proyecto o clase. Estar sentado era inviable con él. Estarse quieto imposible, así que tuve que aprender a dar clase en patines. Aunque ha crecido, nuestros momentos de clase están llenos de movimiento, desde balanceos imposibles en la silla, levantarse a menudo, tamborileos con todo lo que esté a mano y haga ruido hasta estiramientos dignos de un yogui en cualquier momento. Movimiento y no nos agarrotamos.

Para los que son más pausados y pueden aguantar un tiempo en las sillas, hay un elemento muy chulo para sentarse en una posición correcta. Son las pelotas hinchables de pilates o fitness. Sí, esas que se usan en los partos entre otras cosas, Lo ideal es que las llenemos de aire hasta que nuestras piernas estén en ángulo recto. Uno se sienta con las piernas separadas, Al tratar
de mantener el equillibrio y no caerte, la espalda se coloca en una postura correcta de forma natural. Quienes pasan muchas horas de oficina, terminan alternando la silla con la pelota.
En mi casa son un éxito, aunque he tenido que limitar su uso, porque eso de botar era muy divertido y yo bizqueaba ya tratando de fijar la vistan mientras intentaba explicar cómo reducir a común denominador. Hacemos como en las oficinas chics, un rato en la silla, otro en la pelota. O bien trabajan en la bola, o la usan tras un tiempo sentados en las sillas. También las usan para rodar sobre ellas. Es muy divertido y mientras tanto estiran los músculos de la espalda y los abdominales.

Se comercializa una versión de la bola sobre un soporte con ruedas y con un pequeño respaldo, para sustituir a la silla de oficina. Nosotros preferimos la pelota suelta. Es más divertida, más viajera. La veo en el comedor, la cocina, el pasillo, la terraza...creo que aún no han pensado en meterla en la ducha. Igual lo han intentado y es que no cabe...

A parte de la postura al sentarse, hay que tener en cuenta que el cuello es una zona que sufre mucho. La postura de mirar hacia abajo al leer, escribir, trabajar al ordenador... fuerza una curvatura en la columna cervical que mantenida durante un tiempo nos puede producir contracturas musculares. Incluso puede llegar a perderse la curvatura normal o fisiológica del cuello. Es claro que no vamos a pasar tantas horas con la barbilla pegada al pecho, pero es posible que en etapas de crecimiento o cuando tengan que estudiar más horas nuestros hijos puedan quejarse de que les duele la nuca o los hombros.
Para evitarlo nos aconsejaron: usar atriles durante la lectura, también durante el uso de tablets o portátiles; inclinar en 45 grados el plano de la mesa (como las mesas de los arquitectos o dibujantes) y elevar las pantallas hasta la altura de los ojos.
Tal vez hacer un atril pueda ser un nuevo proyecto interesante. Si no nos sentimos carpinteros, siempre podemos comprarlo y personalizarlo después. Yo he optado por encargar uno que me sirve para usarlo con el ordenador, tablets, para escribir o leer en papel, y en cualquier lugar que nos apetezca porque es como una bandeja plegable con patas adaptables en altura. De modo que ya tenemos el elemento que nos faltaba.

Resumiendo: movimiento, postura correcta y cuidado de las cervicales, todo sin dejar de hacer ejercicio de manera regular.

No he pretendido ser soporífera con este tema, pero tras haber experimentado lo importante que es y lo sencillo que es evitar problemas tomando estas medidas tan fáciles, no me he resistido a compartirlo. A largo plazo mejoraremos nuestra salud personal y familiar.
Ya lo decía aquel sabio de la Mancha: " cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar".