Por desgracia he oído y leído declaraciones similares en muchas ocasiones, y no solo por parte de padres o madres que ya no saben qué hacer con los niños en verano si no también por supuestos profesionales de la educación. Sin embargo mi experiencia me dice todo lo contrario...que en verano los niños crecen y no solo físicamente; se liberan del estrés,vuelven a ser creativos (cuando se les deja)y aprenden mucho más de lo que nos imaginamos. El verano también ela ocasión perfecta para desarrollarse físicamente, gozar de las actividades al aire libre y poner en práctica hobbies o descubrir aficiones nuevas...Se abre un abanico de actividades que les pueden aportar muchísimo y que les ayudan a oxigenar la mente para el nuevo curso. Yo eliminaría los dichosos cuadernos de vacaciones que inundan en junio las papelerías y grandes establecimientos, que aunque tengan más dibujitos y un aspecto desenfadado y veraniego, no dejan de ser deberes... ¡que les dejen respirar, jolines!!
Para los niños y adolescentes que se educan en casa ,aunque bien es verdad que no viven con el estrés de cualquier niño sujeto al régimen escolar convencional, el verano es también un momento de mucho aprendizaje,de disfrute y de crecimiento personal. Es así también para los padres que no tenemos la presión que supone el curso, la organización de la casa, los extraescolares etc y nos sentimos más libres.
Las vacaciones de verano suelen estar repletas de momentos de aprendizaje, eso sí, de forma más libre y espontánea, experiencia cercana a lo que conocemos como unschooling, y puedo decir por mi experiencia que... ¡eureka! ¡funciona!.
Los viajes son recursos inestimables de aprendizaje; nadie aprende más de un lugar que visitándolo, sea sobre geografía, de historia, costumbres, tradiciones, gastronomía etcétera.
Sergi en el Parque Natural del Hosquillo |
En la exposición temporal "Irán" en el MARQ |
Ahora comienza un nuevo curso y deseo que el espíritu del verano siga reinando todo el año en nuestro hogar.
Mi deseo es que no dejemos que el agobio de las obligaciones nos impida disfrutar de lo espontáneo, que seamos capaces de dejarlo todo para echar mano a los prismáticos y observar una bandada de abejarucos que pasan por delante de casa, que salgamos al campo más a menudo, que disfrutemos de el entorno natural que tenemos a tiro de piedra, que seamos capaces de detener el tiempo por un instante y sepamos disfrutar sin estrés de los que nos rodea. Dediquémosle tiempo a lo que nos gusta y nos relaja y aprovechemos en familia de las exposiciones y eventos culturales de nuestra zona. En definitiva...busquemos tiempo para jugar juntos, oxigenarnos en familia, hacer alguna escapada de fin de semana... y no nos dejemos llevar por la vorágine del agobio y las "to do lists", que ya están sacando las garras...Este año me niego a decirle adiós al verano. ¿Y tú?
No hay comentarios:
Publicar un comentario