martes, 31 de enero de 2017

Día 4 : ¿Puedo hacerlo? Por Rebeca Gavín.



Rebeca Gavín,  es mamá de Samuel (12) y Andrés (11), y esposa José David. Hace séis años que  se lió la manta a l a cabeza y decidió educar en casa a sus hijos. Es enfermera, elabora  cosmética natural y  jabón casero en ratos que le roba al día y a modo de terapia personal.Le encantan los animales  y siempre intenta estar rodeada de ellos( no en vano, se crió en África).

La pregunta del millón:¿Puedo hacerlo?

Esta es la pregunta que se hace cada padre o madre que se plantea la posibilidad de educar en casa a sus hijos. Encontrar la respuesta a esta pregunta es la clave para que nos lancemos a la aventura de convertir nuestro hogar en una escuela a tiempo completo ... o no. Yo me la hice. Y en mi caso, sentí claramente a Dios indicándome que adelante, que me lanzara y que Él nos sostendría a todos los niveles.
             Puedo dar testimonio de que así ha sido a lo largo de estos seis años de homeschool. Aunque, siendo sincera, he de confesar que muchas veces me he vuelto a preguntar si realmente podía hacerlo; si lo estaba haciendo bien; si conseguiría llegar al final del año sin tirar la toalla; si no se me acabaría la paciencia; si no estaría cerrándoles puertas en el futuro a mis hijos; si merecía la pena el riesgo de ir al margen del sistema…
            Pues sí, son dudas muy lícitas que nos permiten evaluarnos, concretar los problemas que estamos percibiendo para poder resolver las crisis de nuestro hogar-escuela.
Cada vez que ese “¿puedo hacerlo?” asomaba la patita por la puerta , el Señor me ha dicho: “tú puedes porque no estás sola”.  El Señor ha utilizado varias maneras de hacérmelo entender.
            La primera de ellas ha sido encontrarme con otras familias HS. Esto me ha permitido aprender de otras experiencias. Comprobar que otros pueden educar en casa con éxito, seguir los consejos de quienes han pasado  por situaciones parecidas, incorporar nuevas ideas o métodos...Así me he sentido animada a continuar. De repente se hace la luz y ves lo que tienes que hacer. Si otros consiguen hacerlo, ¿por qué no lo voy a poder lograr yo?
            La segunda manera, han sido encuentros casuales con personas que te dicen las cualidades especiales que encuentran en tus hijos. Esos detalles que tú no percibes, porque estás con ellos tooodo el tiempo y te parecen normales, pero que en realidad los hacen diferentes. Esos encuentros te revelan que, después de todo, no lo debes estar haciendo tan mal, así que para adelante porque el esfuerzo merece la pena.
            La tercera forma en la que me siento acompañada es por los testimonios escritos por  Ellen White. Sus consejos y directrices están a la vanguardia de cualquier pedagogía o sistema educativo. Cuando me he sentido perdida, sus escritos son los que me han rescatado.  Han marcado el rumbo con claridad cuando, a veces, los textos de autores más modernos no conseguían resolver mis dudas. No estoy sola, puedo conseguirlo porque Dios ha dejado la hoja de ruta para mi hogar-escuela en los escritos de la Sra. White.
            La cuarta forma en la que me siento acompañada es por la promesa que encuentro en Lucas 11: 9-10 
                          “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”

Tradicionalmente hemos interpretado este texto como que si pido con fe, y está de acuerdo con la voluntad de Dios, Él me lo concederá.  Pero si avanzamos hasta el versículo 13, al final, nos dice: 

             “¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”

El texto no nos habla de pedir cosas que creamos buenas. Habla de pedir la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Y esa es una oración que Dios responde sí o sí. Me encanta esta promesa porque si la presencia del Espíritu está en mí, en mi hogar-escuela, tengo al mejor de los maestros a mi lado para acompañarme en la tarea de educar a mis hijos. Es realmente reconfortante no sentirme sola.
            Quiero invitarte a que puedas cada día pedir a Dios que su espíritu esté en tu hogar para que luchéis juntos las batallas de ese día..porque con Dios a nuestro lado claro que podemos, no estamos solos.
YES, WE CAN

                                                                                            

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo Rebeca, donde nuestras fuerzas terminan empiezan las de Dios! Que preciosas palabras de promesa: estaré con vosotros todos los dias hasta el fin!! No nos dejó solos, nos mando un consolador, una ayuda personal en cada situación... Que bueno poder depender de El para nuestro dia a dia!
    Gracias por compartirlo Esther!

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  2. Gracias, tocaya. Me encanta lo que dices.Tengo aquí al lado a Rebeca, y te agradece también tu comentario. Un placer tenerte por aquí.

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  3. Me a encantado, lo que nos preguntamos una y otra vez, ahi esta Dios para ayudarnos. Gracias Rebeca

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  4. Que bonito Rebeca y qué cierto, "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Yo le pido al Señor cada día que me ayude a abrir mis ojos y mis oídos a todos sus mensajes día a día, precisamente para poder encontrar esa fuerza que Él nos da con su aliento incansable y saber que con Él a mi lado todo es posible. Gracias por compartir!

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